La 130º Exposición de Ganadería, Industria y Comercio y Expo Rural cerró otra edición extraordinaria en cuanto a calidad y convocatoria. Un predio colmado y con una gran apuesta estética y arquigráfica fue el marco perfecto para un año que deja la vara muy alta y ya presagia un 2024 impresionante.

La Expo Rural Gualeguaychú sigue demostrando que es el evento de su tipo más importante de Entre Ríos y uno de los más convocantes por fuera de la temporada veraniega en la región.

Este año la muestra se desarrolló en un predio que lució prolijo, colorido y con una apuesta estética inédita. A ello le sumó un número sin antecedentes de stands; charlas de nivel; una importante actividad ganadera bovina, equina y ovina; remates; pruebas hípicas; test drive; concursos para toda la familia; dos días a pura música y danza; entre muchos otros atractivos.

“Sin dudas que la fiesta terminó estando a la altura de nuestras expectativas. Creemos que ha sido una gran apuesta para el sector agropecuario y para la ciudad toda. El público disfrutó de muchas alternativas y eso es nuestra máxima satisfacción. El vecino de la ciudad y de la región, y también el ciudadano uruguayo, ha encontrado en la Expo un gran programa de fin de semana. A su vez, los expositores ya nos piden estar el año próximo lo que habla del éxito y la importancia de estar presentes como marca. Debemos destacar las cabañas participantes, el nivel de los animales, la cantidad y calidad de los stands, las empresas y comercios que estuvieron presentes, los atractivos, la grilla artística y la conducción de escenario y la presentación magnífica de los expositores. Todo ello nos llena de orgullo y alegría y a su vez nos deja la vara muy elevada, pero con ganas de superarla en 2024”, señalaron desde la organización.

Sequía, historia y críticas, ejes de los discursos

El presidente de la Sociedad Rural Gualeguaychú, Eduardo Calot, rescató en su discurso que “como un capricho del destino que seguramente no quiso que esta fecha pasara desapercibida, hoy es un día histórico para esta Institución y toda la ganadería de la región. En el año 1923 la Sociedad Rural Gualeguaychú convocó a los ganaderos del país a una asamblea con el objetivo de poner fin a los sometimientos de los frigoríficos extranjeros, bajo la consigna «Amparar a la Producción es Defender a la Patria». Y justamente un día como hoy, pero hace 100 años, el 10 de septiembre de 1923, se constituyó la sociedad que sería el germen del Frigorífico Gualeguaychú que finalmente se inauguró en 1929”.

Asimismo, recordó los graves problemas que vienen atravesando los productores por la sequía sin precedentes, criticó la gestión de Vialidad y resaltó el trabajo mancomunado y el compromiso de las Brigadas de Prevención de Delitos Rurales, el Ministerio Público Fiscal, la Justicia, con el apoyo de la Rural, en relación a la lucha contra el abigeato: “no sólo se ha visto disminuido, sino que hemos observado con enorme satisfacción condenas de prisión efectiva para este tipo de delitos. Eso merece ser reconocido en su justa medida, ya que no es un hecho que tenga demasiados antecedentes en nuestra historia”, aseguró.

En otro párrafo, criticó a los “pseudo ambientalistas” que machacan con mentiras sin fundamento y graficó: Como si eso no alcanzara, ahora culpan a las vacas del efecto invernadero, cuando sobran elementos que demuestran que, en materia de captura de carbono por parte de la ganadería, el campo es parte de la solución y no del problema. No podemos permitir más que una mentira repetida mil veces se transforme en una verdad”.

Por último, pidió compromiso y participación a los productores, remarcó los beneficios de las gremiales rurales fortalecidas y arengó: “los animo a ser protagonistas de su propio destino. Escribamos juntos una historia que tenga trabajo, convicciones, valores y una fuerte mirada al futuro. Hagamos grande esta rural, la provincia y nuestra patria”, finalizó.

En tanto, el presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER), José Colombatto, recordó que va culminando su gestión al frente de una entidad “que es sumamente representativa del productor entrerriano”, al tiempo que planteó la necesidad de cambios en materia de política nacional: “resulta imprescindible que desde diciembre se entienda que hay situaciones que no pueden prorrogarse más. El Estado gigante, ineficiente, repleto de amigos y familiares debe dar lugar de una buena vez a un Estado moderno y práctico. Debemos ir hacia reformas tributarias y laborales que promuevan la inversión y el empleo. Ya no se puede aceptar el Estado angurriento que se come el esfuerzo de todos. Como tampoco podemos seguir esperando que en la provincia alguien le ponga el cascabel al gato en materia de vialidad o que grupos minúsculos sin aval científico sigan demorando una ley de fitosanitarios”.

Del mismo modo, puntualizó los enormes pesares que vivieron y aún viven los productores con la sequía: “como dirigentes rurales nos sentimos frustrados y angustiados, pero ello no es nada en comparación con el productor de a pie. Nosotros somos dirigentes circunstanciales y exponemos la situación, pero atrás quedan cientos y cientos de productores que no fueron atendidos, ni escuchados, y mucho menos ayudados. Ya ni recordamos en que dólar soja nos encontramos, pero ni ello, ni las medidas para la emergencia cubrieron ni la más mínima expectativa. Fueron decisiones que no colaboraron en absoluto y hoy seguimos esperando el mea culpa, el pedido de disculpas del gobierno por no haber estado a la altura de las circunstancias. Sabemos que ese reconocimiento no solucionará ningún quebranto, pero al menos será un aliciente para todos aquellos que han perdido mucho cuando no todo”, indicó.

Por último, marcó que “el interior vive y crece a la sombra de la producción agropecuaria. Pareciera mentira que aún hoy eso no se comprenda desde algunos círculos de poder. Dejar a la intemperie al productor agropecuario entraña varios aspectos: una total ignorancia; un peligroso pasaje a la concentración de la tierra en manos de grupos ajenos a la producción; el destierro obligado de muchas familias; una profunda crisis en el circuito económico de las localidades de tierra dentro y, tarde o temprano, un quebranto a las arcas públicas. Ojalá algo tan simple sea entendido por quienes lleguen a los lugares de poder. De no ser así, la cornisa por la cual caminamos, dará paso al abismo”, culminó.